Adoro la intensidad de aquellos momentos en los que parece que has estado perdida, y en el abismo te das cuenta de que tan solo estás haciendo lo que deseas. Así es y que así sea. Citando al maestro una vez más:
Mitad arrepentida y encantada, de haberte conocido, lo confieso. Tú que tanto has besado. Tu que me has enseñado. Totalmente decepcionada por permitir que esa simple necesidad e indigestión echase raíces.
Y de los restos... No hay necesidad de recuperar, sino de aprender, olvidar y una vez más seguir y seguir creciendo. Nada que sentir y en absoluto nada que añorar. Y que los nuevos sueños no sean sueños sino certezas libres, sinceras y puras.Mitad arrepentida y encantada, de haberte conocido, lo confieso. Tú que tanto has besado. Tu que me has enseñado. Totalmente decepcionada por permitir que esa simple necesidad e indigestión echase raíces.
No hay comentarios:
Publicar un comentario